El reto era convertir un comedor oscuro, iluminado con una luz cenital que hacía que cada comida pareciera un interrogatorio, en un espacio cálido, con una iluminación homogénea.
Hicimos una flor de hojas en niveles diferentes, en pino teñido de verde, usando focos especiales que solo iluminan desde la mitad superior -por lo que la luz es reflejada por el techo- y son plateados en la mitad visible.
La lámpara tiene 1.20 m. de diámetro, pero su forma delicada la convierte en un objeto ligero. El cambio ha sido notorio; el ambiente ahora es luminoso y acogedor.
fotosíntesis
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trekkie
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martes, 3 de junio de 2008
Fotosíntesis
Etiquetas: alessandra pinasco, frank cebreros, lámpara, luz, luzydes
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